El Panul, un viaje hacia lo ancestral y una llave hacia el conocimiento de las raíces patrimoniales
Una de las rutas favoritas para efectuar recorridos de trekking, caminatas al aire libre y la práctica de mountain bike es El Panul, un hermoso lugar que está ubicado al borde costero al sur de Coquimbo (un poco más al sur del balneario La Herradura) una bella postal para apreciar una gran diversidad de especies que habitan en este lugar.
De acuerdo a estudios regionales, Coquimbo posee una de las floras más diversas en Chile, con mayor concentración de biodiversidad vegetal y con una variedad de más de 300 especies. En ese sentido, El Panul es una zona que se destaca por la riqueza del patrimonio ambiental, compuesto por plantas endémicas como la añañuca, fucsia, lilio de campo y lucumillo (este último está en peligro de extinción).
Sumado a lo anterior, se puede observar una rica fauna en animales tales como delfines, y aves endémicas como albatros, petreles y fardelas, los cuales recorren la zona y forman parte de las bellas postales de este lugar.
Carolina González, presidenta del Movimiento Ecopanul describe esta zona como placentera, y un espacio al aire libre perfecto y agradable para salir a disfrutar, afirmando que “si tienes un problema puedes salir a caminar, y así te relajas. De verdad hay algo que pasa con la energía del lugar y su misticidad. Gracias a El Panul hemos aprendido muchas cosas nuevas como por ejemplo que las puestas de sol van cambiando porque el planeta y todo el mundo está en movimiento”.
El sueño, la creación de un Santuario de la Naturaleza
Con el fin de preservar la naturaleza de El Panul, hace 6 años atrás se formó el movimiento Ecopanul, en el cual se unieron los vecinos que habitan en el sector, con el fin de contribuir a preservar la flora y la fauna, impulsando diversas acciones que permitan la conservación de este lugar, junto con educar a la comunidad sobre la importancia de este sector considerado patrimonio ambiental.
La presidenta del Movimiento Ecopanul comentó sobre la importancia de educar a las personas, señalando que “en el sector se instalaron infografías para que quienes nos visiten conozcan qué especies están en esta zona, en este caso podemos informar que ha habita el zorro chilla, la yaca y Guayacán”.
Además, se realizan exposiciones, ferias educativas y para el día del patrimonio, al respecto Carolina González señaló que “invitamos a profesionales desde INIA, arqueólogos, medio ambiente hasta un grupo de reciclaje del sector El Panul, quienes expusieron y dieron a conocer el trabajo que realizan”.
Preservación del Patrimonio
De acuerdo a Carolina existen dificultades para que esta zona sea reconocida como patrimonio cultural, tangible y que se salvaguarde para transmitirla a las futuras generaciones con toda su riqueza y autenticidad. Para ello, se requieren integrar acciones, preventivas, curativas y de restauración, señalando que “las puertas se nos cierran porque es un sector privado, existe un vacío en la ley que proteja este lugar, que existan normas para la realización de fiscalizaciones ya que hoy, se quieren instalar desaladoras en este lugar”.
Un viaje hacia lo ancestral
Un grupo de arqueólogos de la Fundación Raíces Patrimoniales se reunió para colaborar con la búsqueda de vestigios y hallazgos arqueológicos en la zona El Panul, dado que consideran que es importante se reconozca el valor histórico, de identidad o pertenencia para las comunidades y los territorios de El Panul. Una verdadera herencia cultural que sigue viva pese a que han transcurrido miles y miles de años, una historia que hoy se comenzará a contar.
Ignacio Monroy Matus, arqueólogo integrante del equipo de la fundación Raíces Patrimoniales, dio a conocer el trabajo que están realizando en torno a un inventario de sitios arqueológicos, explicando que “nuestro trabajo implica el catastro de sitios arqueológicos en la Costa Norte de la región Coquimbo, se podría decir que en El Panul nos encontramos en la etapa inicial de reconocer los diversos puntos de interés arqueológico que hay en la zona”.
Para el arqueólogo los estudios que se están realizando son de gran relevancia ya que permiten abordar lo que ocurrió en el pasado, explorando y poniendo en valor los entornos costeros y litorales. “Otorgan valor histórico, de identidad y pertenencia a las comunidades y los territorios. Son miles de años que llegan a nuestros días, en restos materiales que son considerados una herencia”.
Los hallazgos: Una llave de acceso al conocimiento
Para Ignacio, el proceso de colaboración que se genera con la comunidad es fundamental, quien afirma que “se debe considerar la disciplina arqueológica como una herramienta para el resguardo y la protección de los entornos y cómo un importante acceso al conocimiento sobre las sociedades del pasado”.
Las organizaciones y personas interesadas juegan un rol clave para que los arqueólogos desarrollen su trabajo, en este sentido, Ignacio Monroy señaló que “nos alegra y motiva cooperar y ser parte de distintas actividades e iniciativas”.
Por otro lado, el arqueólogo señala que “hemos tratado de estar presente en asesorías y acompañamiento a nivel técnico en procedimientos, informes y denuncias que se han hecho llegar al Consejo de Monumentos Nacionales. Esto es enriquecedor, formar esas redes que no existían y construir a partir de ello, involucrando el compromiso, la confianza y el cariño con el que hacemos nuestro trabajo.
¿Cómo ser arqueólogos por un día?
El grupo de arqueólogos de la Fundación Raíces Patrimoniales desarrollará una campaña en terreno, la cual consistirá en la visita de estudiantes de la Universidad Alberto Hurtado para que conozcan y recorran la zona, y puedan observar los sitios y aprender aspectos técnicos ligados a la arqueología. “Un académico de la universidad, Daniel Pascual, arqueólogo, se puso en contacto con nosotros. Estos vínculos e instancias que surgen son las que van nutriendo, complejizando y haciendo más desafiante este proyecto”.